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Hoy los quintos ya han ido al quinto pino para escoger un aliso y un chopo. Mañana tiene que amanecer el aliso el de los quintos grandes puesto en los cuatro caminos y el chopo de los quintos chico en la plaza de biblioteca de Madrigal de la Vera.
En España, se llamaba quintos a los jóvenes, los mozos, que al cumplir la mayoría de edad, se iban a hacer el servicio militar, durante el año iban a ser alistados, tallados y sorteados para su incorporación a filas. Existían los excedentes de cupo. Quinta es el nombre con el que se designaba el sistema de reclutamiento aplicado en tiempos de Carlos III, mediante el cual se elegía uno de cada cinco mozos aptos. De ahí que se aplique el vocablo “Quinto” a los convocados a filas durante un determinado año.
Tanto la mili como los quintos siempre formaron parte de aquello que se llamaba ‘hacerse todo un hombre y cumplir con la Patria’ eran entre otras cosas, ritos de paso masculino. Actualmente ya no es obligatorio el servicio militar, pero la tradición de los quintos continua en algunos pueblos, como es el caso de Madrigal de la Vera.
El miércoles de ceniza, justo pasado carnavales, los quintos se reúnen y van de casa en casa pidiendo a los madrigaleños, lo que puedan dar, ahora se suele dar dinero, pero antiguamente lo que tenía la gente en las casas eran huevos, matanza, mandarinas…y eran lo que daban. Luego tocaba comer de lo que habían ido metiendo en las aguaeras, de todo lo que les habían dado, sobre todo huevos y chorizo y algún que otro queso.
La tradición obliga a que amanezca puesto el pino el día de San Juan y se debe quitar la noche de San Pedro 6 días después. También se suelen picar un poco, y es que cada quinta quiere poner el pino más grande y más alto. Los he visto hasta de 25 metros. Se suele subir a mano siempre ayudados por los que anteriormente han sido quintos.
Siempre se recuerda el año que en lo alto de la cogolla, pusieron un mico vacío, de esos de toda la vida, de porcelana blanca, y mientras estaban subiendolo, antes se ponía frente a la Discoteca Victoria y al restaurante, se desprendió el mico, bueno el orinal, y no tuvo otro sitio donde caer que encima de la cabeza de mi tio Crece que esta mirando.
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