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Hoy hemos hecho salida al bosque y hemos traído solo estas cestas de níscalos, las que podéis ver en la foto, bueno, la verdad es que ha sido una tarde muy fructífera.
El Níscalo (Lactarius deliciosus y Lactarius sanguifluus), es una de las setas comestibles más común en España. Aunque no es la mejor de las setas para cocinar, seguro que es la más buscada por pinares y bosques entre primavera y otoño.
Bien sabido es que los níscalos son setas de otoño y se recolectan en zonas de pinares. La lluvia es muy beneficiosa como con casi todas las setas pero este año bisiesto han aparecido pocos níscalos.
Los níscalos son un tipo de setas conocido por todos, aunque dependiendo de la región en la que nos encontremos los níscalos reciben otros nombres como rovelló, robellón, mízcalo …
Hoy no es que hayamos recolectado muchos tras dos horas de agradable paseo por el bosque, pero suficientes para darnos un buen homenaje.
Los hemos recogido en una zona que conocemos desde hace años y que en otras ocasiones hemos podido coger en el mismo tiempo hasta 10 cestas, de hecho, ahora es cuando están empezando a salir gracias a las lluvias de hace unas semanas.
Los níscalos son una variedad de setas muy características, presentan un color anaranjado y un sombrero en el que se pueden apreciar los círculos concéntricos en tonos anaranjados casi rojizos.
Otro detalle es su color óxido sangre (de ahí el nombre esclata-sang) debajo del sombrero, particularidad que se presenta con más notoriedad dependiendo de la zona donde se hayan recogido.
Los níscalos son ideales para hacer a la brasa o a la plancha con unas gotas de aceite, comúnmente suelen prepararse al ajillo, guisados o como acompañante protagonista de las patatas y los huevos estrellados.
Las mejores recetas con níscalos de Directo al Paladar
Limpialos bien, córtalos en trozos y guárdalos en una bolsa hermética.
Luego mételos en el congelador hasta que decidas utilizarlos.
Es posible también cocinarlos un poco antes de congelarlos.
Una vez descongelados sirven igual para hacerlos guisados o al ajillo o como se desee.
Uno de sus colorantes se elimina por el riñón después de haberlo comido; por ello la orina se torna de un color que puede asustar al que no sabe la causa.
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